Analicemos las principales fortalezas de una PYME en el nuevo entorno. A falta de un mejor
criterio, las organizaremos alfabéticamente
a.- Agilidad:
Como hemos señalado anteriormente, el tiempo es un factor crucial en el éxito o el
fracaso de las empresas ante el cambio que se nos viene encima. Si hay algo que no
encontraremos en una PYME es burocracia. La estructura de mando está siempre clara, no
existen apenas niveles intermedios de gestión.
La gestión por consenso, que tan buenos resultados dió a Japón hasta la década de los
80, está hundiendo a sus empresas en una política de tardogestión que les ha dejado
fuera de las industrias más punteras del momento.
En la PYME por el contrario, presenciamos un modelo de gestión autocrático, directo y
sin contestaciones. Aquello que determina el director general, es transmitido rápida e
inequívocamente hasta el último empleado de la empresa. Cuando el jefe habla, todos
saben a quién hay que escuchar y qué se espera de ellos.
Esta es seguramente la mayor fortaleza de la PYME a la hora de encarar su transformación
en el próximo milenio. Una vez que tenga claro a dónde ir, todos remarán en una misma
dirección. Una decisión que, incluso en una empresa nortemaricana, puede tomar semanas o
meses en una gran empresa, pasando por un proceso de evaluación, comités de
preparación, planes comunicativos, presentaciones multimedia ... es para la PYME tan
fácil como cambiar la mente de un sólo hombre.
Cuando la regla del 80% ( es preferible acertar en el 80% de las decisiones tomadas
rápidamente, que en el 100% a destiempo ) es más aplicable que nunca, la PYME tiene en
su mano un arma irrepetible que, bien usada, puede superar presupuestos astronómicos y
grandes equipos de 'sabios' consultores.
b.- Internalización de la economía de escala:
Si bien en el apartado de las debilidades, citamos la falta de volumen y el pequeño
tamaño, como sustanciales desventajas de la PYME. En este punto vamos a reflejar justo el
fenómeno contrario.
Nos referimos en este caso a otra acepción diferente de las 'tecnologías de doble uso'.
Aplicada en su sentido tradicional, se refiere esta expresión a aquellas tecnologías
diseñadas principalmente para el ámbito militar, que pueden ser y son adaptadas a la
vida civil.
En nuestro caso, vamos a reseñar un curioso fenómeno de nuestro tiempo, que revierte en
favor de las PYMES.
El hecho de que los principales costes de los productos tecnológicos sean los de
desarrollo, y que los costes marginales sean muy pequeños -casi despreciables en el caso
del software- hace que la relación calidad-precio de un producto sea brutalmente
favorable en el caso de aquellos productos que gozan de un gran mercado.
Esto quiere decir que, cualquier métrica racional que hagamos de digamos, un PC
doméstico respecto a un Mainframe ( memoria RAM, almacenamiento en DISCO, velocidad de
CPU, ... ) nos ofrecerá unos ratios desproporcionadamente más ventajosos en el caso del
PC que del gran ordenador.
La PYME encuentra, como caído del cielo, que los PCs que adquieren masivamente las
familias para jugar o llevar la contabilidad doméstica, o los elementos de comunicación
asociados, impresoras, teléfonos, GPS, etc, etc. son sobradamente potentes para las
limitadas necesidades de sus negocios.
Así, multitud de productos que no están expresamente diseñados para sus necesidades
empresariales, aparecen a precios tremendamente asequibles, dispuestos a cubrir todos sus
requisitos.
Mientras que la gran empresa está obligada a dotarse de unas estructuras tecnológicas de
gran escala, esencialmente nichos de mercado para sus proveedores, la PYME puede
aprovechar una grandísima variedad de productos diseñados para el mercado de consumo
pero perfectamente aplicables en su entorno.
De esta forma, la PYME que sepa aprovechar convenientemente esta nueva tendencia
socioeconómica, podrá 'internalizar' todos estos productos que, siendo insuficientes
para la gran empresa, servirán de soporte idóneo a una empresa de tamaño más reducido.
c.- Creatividad:
Cuando el reto es ni más ni menos que reinventar la empresa, la creatividad se convierte
en una poderosa fortaleza. La empresa PYME tiene en su pequeño tamaño una de sus mayores
grandezas. Las ideas fluyen sin cortapisas desde el último empleado hasta el director
general.
La estructura plana de gestión es un fabuloso hervidero de ideas y un medio comunicativo
sin par.
Si nos paramos un poco, veremos cómo muchas de las grandes historias de éxito de
nuestros días ( Mc Donald's sin ir más lejos ) no provienen sino de la explotación al
máximo de un éxito de una PYME.
Todo el fenómeno de la franquicia, del que hablaremos con detalle más adelante, no es
otra cosa que un tributo al modelo PYME: automatizado, reglado y fotocopiado, pero PYME en
cada una de sus células.
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